14 mar 2011

Recuerdo infantil

Mañana de otoño, es extraño, hoy no llueve. Sobre el papel plasmo mis manos mojadas en pintura negra, todos mis compañeros hacen lo mismo. Suena el timbre, empezamos a gritar, pero la maestra grita más fuerte, dice que nos lavemos las manos. Me pongo el primero y me limpio la pintura, es maravilloso ver como si de un río se tratase baja la pintura.

Salgo al patio, el sol me deslumbra en los ojos parpadeo fuertemente y los vuelvo a abrir; algunos niños ya juegan en la caja de arena, otros bajan por el tobogán o se persiguen imitando a sus héroes. Llamo a un amigo y juntos recogemos castañas que hoy han caído, nos la metemos en el bolsillo; algunas son difíciles de pelar y nos pinchan las manos. Al tener los bolsillos llenos nos unimos a un grupo de niños que juegan a "Dragon Ball".

Vuelve a sonar el timbre, ya no gritamos, ahora nos hacemos los sordos aunque al final cedemos ante la mirada de la profesora. Entro en la clase de cocina, hoy toca preparar filloas. Es divertido mezclar todos los ingredientes, primero el agua con la harina, una cuchara y a batir; ahora los huevos y la sal, y a batir de nuevo. Cuando tengo el brazo echo papilla, le entrego el mejunje al profesor y el las hace en el fuego.

Toca la sirena, cojo mi plato de filloas y salgo corriendo, mi madre me espera con los brazos abiertos, voy corriendo y le enseño las filloas, ella me sonríe. Termino el colegio, hora de ir a casa.

Segun yo


Primavera: La explanada ya no es de tierra, un manto de flores reposa sobre ella. Los pájaros dibujan figuras en el aire, otros sobre un almendro les dedican melodías. Una brisa perfumada acaricia mi rostro. El sol brilla con fuerza; pero todavía no quema.
Tarde: El sol brilla al frente. Se escuchan gritos y risas en los parques. Calles llenas. Abuelos pasean con sus nietos, otros lo hacen solos. Terrazas de bares a rebosar. Todos disfrutan, pero se esconde el sol, asoma la Luna; la tarde a terminado, la noche a llegado.
Amistad: Somos distintos, no nos parecemos; somos como el blanco y el negro. Pero no hay mentiras, no hay secretos. Días inolvidables a su lado, momentos de alegría y tristeza, todo eso compartimos. Todo eso compartiremos.
Amor: Clases enteras mirándola. Tardes enteras echándola en falta. Sueños tan reales, a su lado, de los que jamás querrías despertar. Te habla y tartamudeas, dices cosas sin sentido. Pero te sonríe, y tu le sonríes.


12 mar 2011

SABADOS (monologo)

Pi...pi...pi...piririri...pi. Me levanto pensando que voy a llegar tarde, otra vez, rápidamente paro el despertador y enciendo la luz, miro hacia la puerta donde mi horario me recuerda que es sábado; como casi todos los sábados se me había olvidado apagar el despertador, y dime tu a mi que me duerma ahora, cojo mi DS y como un crió me tumbo en la cama a jugar, pero, como no, como siempre esa luz roja me deslumbra en los ojos diciéndome que mi hora de juego se acabo, la batería se a terminado. Miro hacia mi estantería de libros, jajajajaja, como si eso fuera una opción, leer, jajajaja, si claro, al final decido apagar la luz como siempre y cerrar los ojos para ver si me duermo hasta la hora de desayunar.
Vuelvo a abrir los ojos, más o menos, a lo lejos oigo como mi madre esta luchando con mi hermana para que se termine el desayuno, me levanto y con las palmas de las manos voy poniendo la pared negra hasta encontrar esa la tira para abrir la persiana, empiezo a tirar y como siempre de forma paralela la persiana empieza a chirriar, dios, aun por encima me quedo ciego ante la luz que yo mismo e dejado entrar, la verdad en ese momento pienso que parezco un vampiro suicida, al fin mis ojos se acostumbran a la luz, me doy la vuelta y veo lo de siempre una "cama", si es que se le puede llamar así, al ver el edredón en el suelo y la almohada torcida me imagino en que demonios abre soñado, supongo que en algún sueño típico de un adolescente; al final me decido a salir por la puerta, que suerte, una cortina hace que mi familia no vea mi espantosa cara al levantarme, aprovecho esa ventaja para entrar en el baño y ver en el espejo a Son Goku, es que es lo que tiene dejarse el pelo largo y ser el rey de la fiesta mientras duermes, miro el peine con desprecio, se que me va a arrancar media melena, pero, no me queda otra, con insistencia empiezo a maltratarme dios como duele al final consigo que el pelo este como los demás lo ven; ya estoy listo para decir buenos días a medio vecindario, ya que mi madre me dedica una mirada como diciéndome "tranquilo te preparo el desayuno...pero ve a pasear a los perros", yo como si no lo hubiera pillado me voy a la cocina a prepararme al desayuno y si, hay empieza el primer discurso de un largo día; que si me levanto tarde, que si los perros me están esperando; yo paso y me siento a tomarme el desayuno, que para no tener que escuchar a mi madre, solo es leche con Nesquik, ni galletas, ni nada, así no tendré que escucharla mucho tiempo, me la bebo toda del tirón y me levanto para ir a vestirme, abro el armario y cojo unos pantalones de chándal rotos y que eran nuevos hace tres años, total, lo que me espera es una larga mañana de trabajo, lo siguiente que cojo es una camiseta con publicidad de una cerveza o algo así; después de eso empieza lo que más odio de la semana; paseo a los perros, como siempre un vecino idiota a decidido sacar al suyo a la misma hora y mi perra sale corriendo como una desesperada y yo como si mi vida dependiera de ello, detrás de ella, la ato, a ella y a su hijo, que como no se a tirado al suelo, que por que, pues porque es un miedica y piensa que ya le iba a dar, me voy con ellos para casa me da igual si han echo lo que tenían que hacer o no, entro en casa y la misma pregunta de siempre, "¿Han echo caca los perros?", "si mama", y como no, "pues ahora lava los platos", ¿y porque no hago la cama primero?, pues porque mi madre ya esta con su vicio favorito, la compra por Internet, ¿y donde esta su ordenador?, en mi escritorio, como si el mió no ocupara suficiente, pues nada a lavar los plato, pero, va lista si piensa que lo voy a hacer con agua fría, al terminar le replico a mi madre que tengo que hacer la cama, "tranquilo que ya me falta poco", ¿que ya me falta poco?, ni que fuera ella la que tuviera que hacer un monologo para lengua, pues nada, al sofá, a ver los Gormiti con mi hermana, al final me acabo quedando embobado, y mi madre aparece diciendo “¿ya estas con los dibujos, es que no sabes que tienes que limpiar tu curto?, y bueno para que voy a replicar, si al final voy a acabar igual, me voy a la habitación y enchufo el equipo de música, si, el sonido de la guitarra eléctrica empieza a sonar, y yo, empiezo a usar el plumero como guitarra, y de vez en cuando lo paso por alguna estantería; después de unas diez canciones termino de arreglar mi cuarto y me dirijo con una sonrisa a mi madre, y la pregunta de siempre “¿puedo jugar a la play?”, “tienes que ir al Súper Valu a por pan”, yo asiento con la sonrisa en la cara porque se que al volver si que puedo jugar, pero, claro, es sábado, y los sábados tengo que arrancar la moto, pues nada como el botón esta roto, a darle a la pata, después de darle para arriba y para abajo u par de veces la moto se enciende, y me dirijo al Súper Valu, aparco la moto y entro, a claro, lo que no sabéis es que soy especialista en barras de pan, empiezo a tocarlas todas hasta encontrar la más tierna, y entonces pues a pagar, pero, cuidado porque el pan vale cuarenta y ocho céntimos y yo pago con una moneda de cincuenta céntimos, y la cajera sonriendo me da una moneda de dos céntimos y el ticket, pues nada a volver a casa, ya en casa me tumbo en el sofá y empiezo a jugar a la play, por fin un momento de tranquilidad matando chinos, pero se acaba pronto porque mi padre entra por la puerta de casa y me grita que el a venido a ver la F1, pues nada a sonreír a al ordenador, pero, en el Tuenti no hay nadie, pues claro estarán todos o limpiando o durmiendo o viendo la tele; por suerte al rato llega la hora de comer y me dispongo a poner la mesa, cuatro tenedores, cuatro vasos y tres cuchillos, ala listo, pues no, porque tengo que volver a sacar a los perros, pero rapidito que tengo hambre, al volver ya esta la comida en la mesa, como no, otra vez macarrones con tomate, pues nada a comer, y en silencio que mi padre quiere oír los comentarios de las clasificatorias; terminamos de comer y bumba! ya están mis padre tirados en el sofá dispuestos a echarse la siesta, y a quien le toca subir a mi hermana a dormir, pues a mi, y luego, a lavar los platos otra vez, pero, aleluya, termino mi día de trabajo, me voy al ordenador y hay me quedo hasta las cinco, y cuando son las cinco exactamente, me levanto de la silla con el culo plano y me preparo el bocadillo de sobrasada lo más rápido posible, y me dirijo a la puerta miro a mi padre que se a despertado y como si no lo supiera ya le pregunto a que hora tengo que volver, un “a las nueve” me entra por los oídos y al rato ya estoy comiéndome el bocadillo mientras que me dirijo con la bicicleta ha casa de Ardani, llego y toco al telefonillo, “¿quien es?”, ja como si no supieras quien llega a esta hora, y como si que lo sabe solo le respondo con un “abre”, empujo la puerta y la luz del pasillo ya esta encendida, empiezo a bajar las escaleras con la bicicleta al hombro, y como no la luz se apaga, pues nada a ciegas, llego a la puerta de la cochera y allí dejo la bicicleta, enciendo la luz y me voy hacia la puerta de Ardani, esta entornada así que la empujo, digo “hola”, y todos, menos Ardani, dicen al unisón “hola”, me meto en la habitación de Ardani que, esta, como yo esta mañana, matando chinos, me tumbo en la cama y los dos callado durante la primera hora, todavía no lo e entendido, pero, siempre pasa eso, hasta que por harte de magia alguno empieza una conversación, normalmente sobre la play o criticando a algún maestro del instituto, o al Miguel, luego saca otro mando y pone en multijugador, pues nada, como buenos amigos, a matarnos entre nosotros. Miro el reloj, las nueve menos diez, hora de volver a casa, un hasta mañana para Ardani y un chao para los demás cojo la bici y en la oscura carretera empiezo a pedalear como un bandido. Al llegar veo a toda la familia con el telediario, vale, me voy al baño y me ducho, luego me siento en el sofá y, justo en el instante en el que me acomodo mi padre me dice “Adrián prepara la leche para ti y para tu hermana”, pues nada otra vez a levantarme, preparo la leche y me la bebo sin decir ni mu y vuelvo al sofá, y empieza la misma conversación de siempre “¿qué hay en la tele?” “nada” “¿queréis que os ponga una peli?” “no, pon Crónicas Vampiricas”, en el momento en el que mi hermana dice eso yo sonrió, miro a mi padre y le digo “pon Crónicas Vampiricas, si total tu tienes que ir a dormir que mañana te tienes que ir a trabajar”, cualquier excusa con tal de ver Crónicas Vampiricas, mi padre asiente, pero, sigue tumbado en el sofá, da igual, e conseguido lo que quería, pero, después de tragarse dos capítulos, decide levantarse e irse a la cama, bien, ahora puedo tumbarme yo; y seguimos viendo la serie hasta las dos, besos para todos y a la cama, cuando estoy tumbado pienso en que tenia que haberme echado la crema para los granos, pero cierro los ojos y me duermo.




SONRISA


Me miraba. Esperaba una respuesta. Decía que lo sentía y que comprendía que estuviera desconcertado. Pero, yo estaba perdido. Al pasar unos cinco minutos le di un no, el policía se levanto y me dio las gracias por mi colaboración; alargándome la mano me aseguro que lo cogerían. Al girar mi cabeza le vi acercándose, me abrazo, tenia lagrimas en los ojos pero no lloraba; yo seguía inmóvil, me ofreció subir al coche y alejarnos de aquel alboroto, asentí con la cabeza.

En unas dos horas habíamos llegado a su piso. Su piso. Antes, nuestro piso, piso donde había pasado mi época universitaria, no había pasado mucho; apenas un año. Al entrar gire la vista hacia la que había sido mi habitación, los ojos se me cristalizaron; había pasado tantos momentos con ella en esa habitación, y ahora estaba vacía, como yo; Ardani cerro la puerta y me dijo, con una sola mirada, que me sentara en el salón, el fue a la cocina; el televisor estaba encendido, supongo que habría salido corriendo tras oír mi llamada. En la pared, a apenas dos palmos del televisor, había una foto en la que estábamos todos en una de nuestras acampadas, ella incluida; dios, como podía haber pasado, aquella sonrisa de la foto se había ido, la sonrisa que me enamoro, que me hizo madurar, se había ido. Una Coca Cola apareció frente a mi arrancándome de mis pensamientos, la cogí y Ardani se sentó a mi lado, bebí un trago y luego le mire, en su rostro veía que el también estaba confundido, no se lo creía; saque mi móvil y se lo acerque, le dije que se lo dijera a sus padres, debían saber cuanto antes lo que le había pasado a su hija, esperaba que la policía no se me hubiera adelantado.

Ardani trago saliva y empezó a hablar por el teléfono, le contó lo que yo le había dicho esa mañana. Al colgar me dijo que ellos iban al laboratorio de la policía para reconocer el cadáver; cadáver, ¿eso es en lo que se a convertido? ¿en un cadáver?

A la media hora mi móvil suena, el lo coge, pero al minuto me lo pasa; al otro lado de la línea telefónica una mujer me pregunta mis datos, al confirmar que no se a equivocado me cuenta que un hombre se ha entregado diciendo que el la había matado; un escalofrió recorrió mi cuerpo, que se había entregado, ¿ahora se arrepiente?; la mujer me pidió que pasara por la comisaría para confirmar que era el. Al colgar miro a Ardani, tenia que pedirle que me llevara de vuelta a Valencia.
Fuimos directamente a la comisaría, al volver a dar mis datos un policía me acompaño, me dijo que me relajara y que estuviera tranquilo; Ardani estuvo con migo en todo momento, me senté frente a un cristal, y al instante entraron cinco hombres. Hay estaba el, justo el ultimo, el número cinco, no dude ni un segundo en señalarle; me preguntaron si estaba seguro y yo, simplemente asentí, sin quitarle los ojos de encima a aquel monstruo. Después de rellenar varios papeles, me dijeron que me llamarían para avisarme de la fecha del juicio y me dieron la copia de las llaves que les había dejado esa misma mañana.
El sábado se celebro el funeral, fui el primero en llegar; todo eran pésames, la mayoría sin sentimiento alguno, fui el ultimo en irme.

Durante los siguientes dos meses, estuve viviendo con Ardani, deje el trabajo, casi deje de comer, apenas salía de casa; intente suicidarme en varias ocasiones en las que el estaba trabajando, Ardani ya no sabia que hacer.

Llego el día del juicio, yo no estaba preparado; no escuchaba, no miraba, pero llego mi momento de mi declaración. Mi abogado me había hablado mucho de ese momento, me decía que contara todo de forma exagerada y que llorara de vez en cuando.

Empecé a pensar en lo que había pasado era duro, muy duro. Nos acabábamos de mudar, llevábamos una semana en el piso, después de acabar la carrera yo se lo propuse; eran las siete y media de la mañana, se había levantado para beber algo, yo me quede en la cama esperándola, escuche un grito, salí corriendo y hay estaba el, con un cuchillo en la mano, mirándome, estaba robando cuando ella salio de la habitación, debió de asustarse y le perforo el pulmón izquierdo; salio corriendo, no le seguí, no podía, ella me necesitaba; cogí el móvil y llame a una ambulancia, me senté junto a ella y la acosté en mis piernas, ella me miro a los ojos, me dijo que fuera a la habitación, que mirara en el armario, y que abriera una caja con unas sonrisa roja; hice lo que me dijo, en ella había cartas, fotos y el papel, aquella cartulina roja con la que todo había comenzado, volví a su lado, me dijo que se lo leyera, abrí la cartulina y leí su interior, "no te pido que me quieras, solo, que sigas sonriendo", al mirarla de nuevo, estaba sonriendo, yo empecé a negar con la cabeza, parpadee un instante, y cuando abrí los ojos la sonrisa había desaparecido.